El Código del Buen Gobierno aprobado en 2010 es un documento cargado de muy buenas intenciones para profundizar en cuestiones como la participación y la transparencia, pero si no hay voluntad de llevarlo a la práctica porque, o bien no te lo crees o bien no te interesa, no sirve absolutamente para nada. Bueno sí, para hacerte una foto cuando lo presentas. Y eso fue básicamente lo que hizo el anterior equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento con Carmen Bayod a la cabeza. Por ese motivo, cuando el Ayuntamiento acordó su adhesión en 2015 al nuevo Código del Buen Gobierno, Ganemos Albacete pidió que se hiciera una evaluación del anterior para analizar y valorar lo que se había hecho hasta ahora para poder mejorar de cara al futuro.
En la actualidad, una comisión integrada por todos los grupos políticos está trabajando en esa evaluación y aunque se emitirá un informe con conclusiones, hemos preferido dejar claro cuál es nuestra particular visión porque seguramente difiera de la que ofrezca el PP.
A modo de resumen, la portavoz Victoria Delicado y la concejala Dolores del Olmo concluyeron que Ganemos Albacete suspende al anterior equipo de gobierno del PP en la aplicación del Código del Buen Gobierno, confiando en que reconocer los errores cometidos y reconocer las carencias contribuyan a que el nuevo Código de 2015 no se quede en papel mojado y a que el equipo de Cuenca lo haga mejor.
Repasando los seis apartados en que se divide el Código, y en base a los indicadores que se están analizando, a continuación citamos algunos ejemplos que evidencian el suspenso.
Justificación del suspenso
1.- Respecto al cumplimiento por parte de los electos y el gobierno local de la Constitución, el Estatuto de Autonomía y resto de ordenamiento vigente, el Gobierno de Bayod actuó en reiteradas ocasiones contra las libertades, impidiendo la libertad de expresión y manifestación; vulneró derechos sindicales y recortó derechos sociales.
2.- La anterior alcaldesa acumuló quejas por no recibir a colectivos o personas o por tardar numerosos meses en hacerlo, “algo por cierto en lo que también tiene que mejorar el alcalde porque ayer sin ir más lejos la Asociación de Afectados por Hepatitis nos informó de que llevaban varios meses esperando que les concedieran una cita”.
3.- Está aún por definir también qué se considera “un regalo que sobrepasa los usos y costumbres de la simple cortesía”, ya que ello condiciona el tipo de regalos que pueden recibir los cargos electos, y aunque no tenemos constancia de ninguna irregularidad, sería oportuno establecer los límites.
4.- En cuanto a la mejora de la gestión de calidad y calidad de la democracia, uno de los déficits más notables es la tardanza en unos casos, y en otros en silencio, a la hora de contestar las sugerencias y reclamaciones que presentan los ciudadanos y ciudadanas.
5.- Tampoco se dio cumplimiento en el anterior mandato de la medida que establece que el gobierno local mantendrá reuniones periódicas con la oposición para dar cuenta de iniciativas y proyectos, echando en falta Ganemos que en el actual mandato aún no se haya establecido un mecanismo de seguimiento de los acuerdos plenarios.
6.- Otra crítica es que aunque la oposición participa en Consejos de Administración de sociedades, empresas públicas y patronatos, se sigue sin contar con ella para proponer los cargos o decidir sobre proyectos de alcance.
7.- El procedimiento de concesión de subvenciones sigue siendo muy mejorable, ya que son muchas las que aún se conceden por el equipo de gobierno de forma unilateral y no se ha aprobado en los últimos cuatro años el Plan Estratégico de Subvenciones.
8.- En el apartado de incompatibilidades y declaraciones de actividades y bienes, la concejala Dolores del Olmo ha recordado que durante el anterior mandato y pese a reiterados acuerdos plenarios, se demoró en varios años la publicación de éstas.
9.- Por último, se ha producido un notable retroceso que se produjo en materia de democracia participativa en el mandato de Carmen Bayod, citando a modo de ejemplo la desaparición del Foro de la Participación (eliminación de subvención y apoyo institucional); la no convocatoria del Consejo de los presupuestos participativos (no se enviaban con tiempo, ni había interés en elaborarlos con participación, hasta que dejó de existir la referencia del Foro como interlocutor del tejido asociativo de la ciudad); el Consejo Social y de Sostenibilidad fue ignorado y apenas fue convocado 3 veces en cuatro años de mandato, lo que impidió la continuidad del trabajo; y la desaparición del Consejo de la Juventud.